Las cornisas y los voladizos son elementos arquitectónicos que cumplen una doble función, la primera de ellas decorar la fachada y la segunda proteger de la lluvia. Por esta razón, deben recibir mantenimiento cada tanto tiempo. En caso de encontrarse deteriorados es necesario acudir a una reparación cornisas fachada esto con el fin de evitar daños mayores o riesgos a la seguridad pública.
Deterioro de las cornisas y sus casusas
Por lo general el deterioro se da por su tiempo de uso, la exposición constante a agentes climáticos como la lluvia, el hielo y la nieve también son influyentes.
De igual manera, afecta a las cornisas los movimientos estructurales que generan fisuras o grietas.
Cabe destacar que, el desgaste natural del hormigón y la oxidación de armaduras o anclajes y la falta de inspecciones preventivas son factores que también afectan.
Siendo estos aspectos importantes para tener en cuenta y por supuesto, encontrarles una solución oportuna.
Evaluación de cornisas fachadas
Es importante realizar revisiones preventivas de las cornisas para garantizar su durabilidad y evitar su deterioro. Para esto primeramente debe hacerse una inspección visual, es decir, a simple vista buscar grietas, fisuras, manchas de humedad o desprendimiento de pintura. De encontrarse alguno de estos ítems, lo siguiente será contactar a un profesional que haga una inspección más profunda.
Para la reparación cornisas fachadas, el profesional se encargará de evaluar qué tanto daño existe y si ha posibilidades de un colapso. En este punto se determina con qué rapidez se debe solucionar el daño y hasta dónde podrá repararse.
Es importante que sea un profesional quien analice y evalúe la cornisa, la experiencia dará un diagnóstico y reparación más acertado y duradero.
Proceso de reparación cornisas fachadas
La clave que garantizará una reparación cornisas fachadas exitosa será el cumplimiento de cada paso y fase del proceso.
Aseguramiento
En esta primera fase se instalan y montan los instrumentos que se utilizaran como red de seguridad. Entre ellos andamios, plataformas elevadoras o trabajos verticales.
Posterior a ello, se procede a remover los fragmentos de cornisa o voladizo, esto en caso de que haya sueltos. Por último, se retira los morteros dañados y de encontrarse algún soporte sano, solo se remueve lo deteriorado y se restaura.
Preparación del soporte y tratamiento de armaduras
Si la cornisa y el voladizo han sido construidos sobre hormigón armado debe tratarse para eliminar el óxido y restaurar las zonas corroídas. Generalmente se hace a través del cepillado o empleando chorro de arena, después de este paso se aplica un producto anticorrosivo que evitará la oxidación a futuro.
Es importante que el tratamiento de las armaduras sea eficiente, de lo contrario no durará y el riesgo de colisión incrementa.
Restauración estructural
Los daños ocasionados sobre las cornisas y el voladizo se van reparando según su gravedad o riesgo. El orden de importancia en la reparación cornisas fachadava desde tratar primeramente las fisuras y grietas, luego la pérdida de sección y por último la reconstrucción del perfil.
Las fisuras y grietas se tratan con resinas epoxi o masillas tixotrópicas flexibles, se aplican mediante la inyección. En cuanto a la pérdida de sección, se restaura con morteros técnicos de naturaleza tixotrópica para así recuperar la resistencia de la estructura.
Por último, se reconstruye el perfil a través de plantillas o guías metálicas. El fin de esto será recuperar la forma inicial del voladizo o la cornisa. Hay casos en los que se emplean anclajes de seguridad de acero inoxidable o fibra de carbono para fijar lo que ha sido restaurado, esto en caso de que existe un riesgo de alto nivel en la estructura.
Protección final
Para pasar a esta fase deben haber curado los morteros reparados en la restauración estructural. En ese momento el trabajo se cubre con imprimación y revestimiento especial para fachadas con el fin de volverlo impermeable sin que deje de ser transpirable. El objetivo final será evitar que el agua de lluvia traspase la estructura, pero dejando que la humedad interna salga, la idea es reducir la posibilidad de deterioro.
Para terminar, recuerda que la reparación de cornisas y fachadas es indispensable para garantizar la seguridad de quienes rodean y habitan la propiedad. Además de esto, al realizar inspecciones frecuentes de cinco a diez años, el inmueble estará conservado. En otras palabras, la posibilidad de deterioro será menor por lo que su valor incrementará.